¿CÓMO LLEVAR EL DUELO POR UNA MASCOTA?

Claves psicológicas para afrontar la pérdida de un ser querido no humano y sanar con amor

Perder una mascota puede ser tan doloroso cómo perder a un familiar. Aunque muchas veces se minimiza este tipo de duelo, la ciencia y la psicología clínica han demostrado que el vínculo afectivo entre humanos y animales de compañía tiene una profunda carga emocional. “Cuando alguien pierde a su perro o su gato, no pierde solo a un animal: pierde un compañero de vida”, afirma la psicóloga clínica Liliana Carvajal, especialista en salud emocional y acompañamiento al duelo.

Según estudios recientes de la Universidad de Hawaii, el 30% de las personas que pierden una mascota experimentan un dolor comparable al luto por un ser humano. En Colombia, donde más del 60% de los hogares tiene al menos un animal de compañía, hablar de este tema con apertura es urgente para una salud mental integral.

“El duelo por una mascota es legítimo, profundo, y debe ser acompañado con el mismo respeto con el que tratamos cualquier otro proceso de pérdida”, enfatiza Carvajal.

¿Por qué nos duele tanto?

Los animales de compañía generan rutinas, afecto incondicional, compañía emocional y sensación de propósito. Cuando se van, el vacío no es simbólico: es real y diario. Además, el duelo puede estar acompañado de decisiones difíciles, como la eutanasia, y sentimientos de culpa que intensifican el dolor.

“Hay personas que viven esta pérdida en silencio, sin sentir que tienen derecho a llorar o a hablar de lo que sienten. Pero ocultar el duelo lo puede cronificar. Hablarlo y llorarlo es necesario”, explica la experta.

Claves para un duelo sano

Liliana Carvajal propone cinco claves para transitar el duelo por una mascota de forma saludable:

1.  Validar el dolor: No minimizarlo ni dejarse invalidar por frases como "era solo un perro".

2.  Ritualizar la despedida: Hacer una ceremonia simbólica, escribir una carta, plantar un árbol en su honor.

3.  Hablarlo con personas empáticas: No todos entenderán. Busque quienes sí lo hagan.

4.  Aceptar emociones diversas: Desde la tristeza hasta el enojo, la culpa o el alivio.

5.  Transformar el recuerdo en legado: Conservar fotos, escribir anécdotas, donar en su nombre.

“Las emociones no expresadas se quedan en el cuerpo. Nombrarlas y llorarlas es una forma de amor propio”, agrega Carvajal.

¿Cuándo buscar ayuda profesional?

Aunque cada duelo tiene su ritmo, si después de varias semanas la persona no puede retomar sus actividades, tiene insomnio constante, llanto diario o pensamientos negativos recurrentes, puede estar enfrentando un duelo complicado. En esos casos, la psicoterapia individual puede ayudar a elaborar el duelo de forma compasiva.

También es importante acompañar a los niños en estos procesos. Para muchos, la muerte de una mascota es su primer contacto con la pérdida. Usar un lenguaje claro, permitirles participar en la despedida y responder a sus preguntas con honestidad es fundamental.

Un llamado a la empatía

La doctora Liliana Carvajal concluye con un llamado a no subestimar el dolor de quienes atraviesan la muerte de su animal de compañía:

“Acompañar a alguien en duelo no es dar consejos. Es ofrecer escucha, empatía y validación. El amor que se construye con un animal merece ser despedido con dignidad.”

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